Ante el asedio de la policía y el impedimento que los fieles católicos entraran a la iglesia; el sacerdote de Parroquia Santa Lucía en Ciudad Darío decidió celebrar en el atrio de la iglesia y dar la Santa Comunión de una manera nunca antes vista.
Esta es la fe nicaragüense, no se detiene, no se doblega, no la intimidan y cada vez más fuerte.