Registrar una defunción en el Registro Nacional de las Personas (RNP) es un trámite esencial que garantiza la seguridad jurídica de los familiares y protege la integridad de los datos personales. Este proceso es fundamental para evitar fraudes y para facilitar la realización de trámites legales, familiares y económicos, tales como la gestión de herencias, cobro de seguros de vida o acceso a ayudas estatales.
El registro puede realizarse en el municipio correspondiente al último domicilio, al lugar del fallecimiento o al lugar de nacimiento de la persona fallecida.
Entre los requisitos para efectuar este trámite se encuentran la presentación de la constancia de defunción emitida por un hospital, médico o medicina forense, fotocopia del Documento Nacional de Identidad (DNI) del fallecido, y el DNI del compareciente, quien debe ser mayor de 21 años. En casos donde el fallecimiento haya ocurrido en el hogar sin atención médica, es necesaria la presencia y declaración de dos testigos.
Es importante señalar que el trámite debe realizarse dentro de un plazo máximo de tres meses desde la fecha del fallecimiento.